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Con 9 metros de largo, esta viga de encadenado nivela el terreno, estando a apenas 0,20 metros del suelo cuando empieza y a 2,40 metros cuando termina. Los últimos dos metros, volando en el aire sin apoyo, constituyen los soportes de un balcón, capturando la vista del paisaje.

Con 9 metros de largo, esta viga de encadenado nivela el terreno, estando a apenas 0,20 metros del suelo cuando empieza y a 2,40 metros cuando termina. Los últimos dos metros, volando en el aire sin apoyo, constituyen los soportes de un balcón, capturando la vista del paisaje.

Apoyada sobre su encofrado y sus puntales, la armadura de hierro de esta viga de encadenado se proyecta, nivelando el terreno de marcada pendiente.

Apoyada sobre su encofrado y sus puntales, la armadura de hierro de esta viga de encadenado se proyecta, nivelando el terreno de marcada pendiente.

El encofrado de esta viga de encadenado se apoya sobre puntales, que soportarán el peso del hormigón elaborado cuando se vierta. Transcurridos cuando menos 21 días, y ya fraguado definitivamente el hormigón, recién entonces se podrán retirar los encofrados y los puntales, tiempo en el que  el hormigón ha fraguado al punto de alcanzar su resistencia estructural plena, pudiendo soportar la estructura por sí misma su propio peso. 

Abajo, a nivel de suelo, se echa de ver claramente la viga riostra, que viaja paralela a la viga de encadenado de arriba, para que toda la estructura trabaje en conjunto, como una sola unidad.

El encofrado de esta viga de encadenado se apoya sobre puntales, que soportarán el peso del hormigón elaborado cuando se vierta.

Transcurridos cuando menos 21 días, y ya fraguado definitivamente el hormigón, recién entonces se podrán retirar los encofrados y los puntales, tiempo en el que el hormigón ha fraguado al punto de alcanzar su resistencia estructural plena, pudiendo soportar la estructura por sí misma su propio peso.

Abajo, a nivel de suelo, se echa de ver claramente la viga riostra, que viaja paralela a la viga de encadenado de arriba, para que toda la estructura trabaje en conjunto, como una sola unidad.

En un terreno con desnivel, como en este caso, en el cual el desnivel es sumamente pronunciado (17 metros entre el metro 1 de frente y el 23 de fondo), la mejor opción, en vez de nivelar mediante relleno y movimientos de suelo, es lograr el nivel con la altura de las columnas, siguiendo naturalmente la pendiente del terreno. 

Podemos ver aquí la columna de hormigón, sobre la cual descansa el encofrado de una viga de encadenado y su correspondiente armadura de hierro. Abajo, se ve la viga riostra, que conecta por debajo del nivel del suelo todas las zapatas, logrando que la estructura se comporte como una sola unidad.

En un terreno con desnivel, como en este caso, en el cual el desnivel es sumamente pronunciado (17 metros entre el metro 1 de frente y el 23 de fondo), la mejor opción, en vez de nivelar mediante relleno y movimientos de suelo, es lograr el nivel con la altura de las columnas, siguiendo naturalmente la pendiente del terreno.

Podemos ver aquí la columna de hormigón, sobre la cual descansa el encofrado de una viga de encadenado y su correspondiente armadura de hierro. Abajo, se ve la viga riostra, que conecta por debajo del nivel del suelo todas las zapatas, logrando que la estructura se comporte como una sola unidad.

Aquí se observa la armadura de hierro con sus respectivos estribos, de una viga de encadenado. El diámetro de cada hierro lo determina la ingeniería. En este caso, la armadura superior está compuesta por dos hierros de 8 mm. de diámetro, con estribos con hierro de 6 mm. cada 20 cm. El hierro otorga flexibilidad al hormigón, permitiendo que flexe sin partirse.

Aquí se observa la armadura de hierro con sus respectivos estribos, de una viga de encadenado. El diámetro de cada hierro lo determina la ingeniería. En este caso, la armadura superior está compuesta por dos hierros de 8 mm. de diámetro, con estribos con hierro de 6 mm. cada 20 cm.

El hierro otorga flexibilidad al hormigón, permitiendo que flexe sin partirse.

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