Hormigonar una losa es un trabajo en equipo. Unos manejan la manguera de la bomba de hormigón, procurando emparejar la carga de hormigón; otros nivelan y alisan fratacho en mano; otros esparcen el hormigón con pala.
A diferencia de una platea de hormigón armado en un terreno llano, en un terreno con desnivel es necesaria una bomba de hormigón, que bombea el hormigón allà a donde se lo necesita.
Lo que se ve en la foto es la bomba empujando el hormigón, que sale expedido en un chorro.
El hormigón avanza, y cubre la losa. Es un acto de equilibrio y destreza: se debe nivelar el hormigón, antes de que se empiece a endurecer, procurando a la vez no pisar los ladrillos de poliestireno. Si uno cede ante el peso, se abre un hueco en la losa por el cual se escapa todo el hormigón, lo mismo que si en un lavatorio se saca la tapa. Una vez que el hormigón empieza a escurrirse, es demasiado tarde, no se lo puede detener.
¡Vertiendo el hormigón!
La cuadrilla trabajando contra el reloj, procurando que el hormigón llene todo espacio vacÃo y que la superficie quede lo más lisa y nivelada posible.
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