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La tierra, bajo la losa, si bien sin malezas, atestigua que se hizo lo imposible por minimizar el impacto de la obra en la montaña. 

Otra ventaja de nivelar las fundaciones así era que se respetaba el curso natural del agua, que cuando llueve, fluye libremente cuesta abajo, de modo que la casa no se viera afectada por surgentes y vertientes que en la zona aparecen luego de lluvias intensas.

La tierra, bajo la losa, si bien sin malezas, atestigua que se hizo lo imposible por minimizar el impacto de la obra en la montaña.

Otra ventaja de nivelar las fundaciones así era que se respetaba el curso natural del agua, que cuando llueve, fluye libremente cuesta abajo, de modo que la casa no se viera afectada por surgentes y vertientes que en la zona aparecen luego de lluvias intensas.

Por tratarse de un lote lindero a la Reserva Natural Militar la Calera, último reducto intacto de monte nativo, el proyecto fue concebido para generar el menor impacto posible en la montaña. No hubo máquinas que rompieran el terreno, respetando en lo posible su natural inclinación, de tal manera que, si se quitara la casa, apenas quedara rastro y señal de su presencia. 

Bajo la losa, podemos ver, pues, el terreno tal como estaba antes de empezar a construir.

Por tratarse de un lote lindero a la Reserva Natural Militar la Calera, último reducto intacto de monte nativo, el proyecto fue concebido para generar el menor impacto posible en la montaña. No hubo máquinas que rompieran el terreno, respetando en lo posible su natural inclinación, de tal manera que, si se quitara la casa, apenas quedara rastro y señal de su presencia.

Bajo la losa, podemos ver, pues, el terreno tal como estaba antes de empezar a construir.

Aquí vemos la losa, lista para recibir el hormigón.  Días después, cuando hormigonamos, entraron 14 metros cúbicos. 

La superficie, de 110 metros cuadrados, está perfectamente a nivel, venciendo la diferencia de altura que había en el lote.

Aquí vemos la losa, lista para recibir el hormigón. Días después, cuando hormigonamos, entraron 14 metros cúbicos.

La superficie, de 110 metros cuadrados, está perfectamente a nivel, venciendo la diferencia de altura que había en el lote.

La losa, vista desde abajo, se alza sostenida por los puntales provisorios, que se han de retirar una vez que, fraguado el hormigón, alcance su resistencia estructural máxima, al cabo de unos 21 días.

La losa, vista desde abajo, se alza sostenida por los puntales provisorios, que se han de retirar una vez que, fraguado el hormigón, alcance su resistencia estructural máxima, al cabo de unos 21 días.

Ya colocadas las viguetas pretensadas de hormigón, reposan las bovedillas de ladrillos de poliestireno expandido (Telgopor), y arriba, la malla sima de 4,2 mm. de diámetro, listas para recibir el hormigón H21 elaborado.

Ya colocadas las viguetas pretensadas de hormigón, reposan las bovedillas de ladrillos de poliestireno expandido (Telgopor), y arriba, la malla sima de 4,2 mm. de diámetro, listas para recibir el hormigón H21 elaborado.

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